El título de este post puede parecer absurdo, poniendo en un mismo plano el mundo real y el virtual, cuando por definición son opuestos. Pero en el caso que sirve de punto de partida a esta reflexión, la nueva estrategia de supermercados Tesco en Corea del Sur,  ambos mundos, el real y el virtual se tocan muy de cerca gracias a los códigos QR. Anteriormente hemos hablado en profundidad en nuestro blog sobre este tipo de códigos de barras de forma cuadrada que cada vez más se ven en escaparates, displays de publicidad estática, o fachadas de edificios.

Mediante estos códigos hexadecimales y aplicaciones para los teléfonos inteligentes que ahora copan el mercado puedan leerlos, se puede tener acceso a acciones de obtención de información o incluso de compra directa.

En este video, que ya se ha convertido en un fenómeno viral, se puede ver cómo la cadena de supermercados desarrolla una estrategia para incrementar sus ventas online, en un país como Corea, en el que por exigencias de las tremendas jornadas laborales, los trabajadores no disponen apenas  de tiempo para realizar sus compras físicamente en las tradicionales superficies comerciales. Para ello pusieron en marcha la siguiente idea: Después de un estudio sobre los hábitos de consumo de los coreanos  llegaron a esta  conclusión: si la gente no va a nuestras tiendas, llevemos las tiendas a nuestro posibles clientes. Se ideó un sistema muy efectivo que consistía en convertir las vallas publicitarias del metro en recreaciones virtualesde estanterías de supermercado donde, gracias a las aplicaciones móviles y a los códigos QR, se podía hacer la compra, que luego recibirían al llegar a casa… Como comprar en un supermercado pero con un móvil sin cargar con nada, y con un concepto muy efectivo: convertir los tiempos de espera en el metro en tiempo de compra. Con esta acción Tesco: aumento del 76% en los clientes y 130% en las ventas on-line.

Con esta estrategia se aúnan los usos y costumbres de consumo tradicional con la utilización de la tecnología móvil, haciendo la experiencia de compra mucho más humana que la compra online, pero con la misma efectividad. Además el hecho de poder ver representaciones realistas en tamaño y aspecto de los productos ayuda a que la  experiencia de elección de producto no diste mucho  de lo que se hace habitualmente en una superficie comercial real.

Visto el caso coreano, la pregunta es: ¿funcionaría en un país como España este tipo de estrategias?, ¿está el ciudadano español habituado a a usar el teléfono como terminal de compra?. En un país como el nuestro, con la cultura del ocio y el tiempo libre como bandera, ¿dejará la gente de usar los supermercados así como así?, ¿está la compra con tarjeta de crédito los suficientemente implantada en España como para iniciativas de este tipo?, ¿le parece al consumidor segura este tipo de compra?. Espero vuestras opiniones.

Mi visión personal, es que una buena estrategia puede funcionar en cualquier parte y algo más, con cualquier tipo de negocio, acercando al cliente el producto en el momento en el que dispone de más tiempo para realizar una consulta sobre el mismo o directamente una compra. Supongamos que paseando por la calle uno puede comprar directamente sobre el escaparate de una tienda de cualquier tipo, visualizando el producto en su tamaño y morfología real, pero sin acceder a la tienda y perder tiempo en hacer más comprobaciones o  simplemente esperar a ser atendido. claramente, veo un futuro muy prometedor para este tipo de iniciativas.